Belleza interrogativa en la empresa.

El arte entra en la empresa, como una nota de placer e inspiración que enriquece la fantasía y en sentido estético que vive en cada uno de nosotros. A la nueva sede de Sandrigo llegaron dos pares de estatuas del ecléctico escultor vicentino Emilio Casarotto. Una figuras esbeltas como sombras, sugestión de emociones que nos interrogan, silenciosas, que dejan surgir las respuestas lentamente en nuestro interior. Son “Nívea” y “Nigra”, sentadas una junto a la otra, sin mirarse, y del otro lado las «Dos Hermanas». Una belleza mucho más que decorativa, que no dejará de despertar la curiosidad y el interés de todos los visitantes y empleados de la empresa.

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